Menuda historia.... te deja un poco helada y nada indiferente. El relato está contado en primera persona por Aleksy, el protagonista del libro, un adolescente rebelde y con problemas psicológicos. A golpe de "brocha" se van desgranando un conjunto de sentimientos: el sufrimiento, el amor, el odio, la frialdad y la culpa. Subidas y bajadas que te mantienen en vilo, aunque haya pocos diálogos te vas adentrando con una importante fuerza narrativa gestada por la autora.
Es una novela de
crecimiento y reconciliación sobre las relaciones maternofiliales, sobre el
perdón y la pérdida. Una novela sobre el amor que nunca muere y que crece y
brota, cuando uno menos lo espera, incluso en los terrenos más áridos y escabrosos. Una novela de esperanza porque incluso cuando todo parece perdido hay alguien que
nos ama y, lo más importante, hay alguien a quien amar.
Para mi gusto el lenguaje muy duro, basto y crudo.
Sinopsis