Me la habían recomendado y la verdad es que no me ha decepcionado. Una novela que es un homenaje a las mujeres francesas que durante la Segunda Guerra Mundial lucharon con valentía por su país. La historia relata la vida de unas hermanas, aunque con vidas muy opuestas, las une el amor fraternal. La llegada de los soldados alemanes a un pueblo de la campiña francesa provoca un cisma familiar. Isabelle, joven e impetuosa decide unirse a la resistencia, en cambio Vianne, madre de familia, decide permanecer en casa, pero no sin quedarse impasible ante la situación. Las dos hermanas son heroinas en una guerra violenta y sanguinaria. La trama concluye en la actualidad.
Es una novela amena, que engancha, fácil de leer. A partir de una cuidada
documentación histórica, la autora entreteje realidad y ficción para
reflejar las peripecias, vicisitudes y alegrías de las hermanas Mauriac. Aunque dada la temática, se incluyen alguna escena de cruda brutalidad, pero en el conjunto el tono es esperanzador.
Una de las protagonistas al finalizar la historia nos hace partícipe de una lección aprendida en los campos de concentración, que a una persona no se le puede tocar el corazón.Que no se le puede cambiar quien es por dentro. Su cuerpo se lo rompieron, los primeros días, pero su corazón no.
La brutalidad de los hechos acontecidos en las guerras nos tiene que hacer recapacitar, para que esto no vuelva a suceder.
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